jueves, 27 de febrero de 2014

Titilaka

Puno - Perú

titilaka.com


Si hubiera que hacer una lista de 'lugares especiales' el lago Titicaca estaría sin lugar a dudas en ella. A casi cinco mil metros de altura, con los picos más altos de los Andes al fondo, en un entorno de vegetación rala y con su enorme superficie de agua que más que un
lago recuerda a un mar sorprende y hace sentir al viajero que se encuentra en un extremo de la geografía. Que ha encontrado un lugar insólito donde el clima y las condiciones de vida son rigurosas y donde el paisaje extrae su belleza de la contradicción del encuentro entre el agua, el cielo, la aridez de la tierra y la viveza del color de una atmósfera deslumbrante en los días soleados.

El hotel Titilaka se halla en el lago, a orillas del agua. No hay otro igual. Todo en él está cuidado hasta el detalle y todo respira confort y calidez. Tiene sólo dieciocho habitaciones. La vistas son extraordinarias. Y el ambiente es el resultado de jugar con lo más
moderno y lo más clásico para crear una atmósfera informal y distendida.

Un restaurante con vista panorámica sobre el lago, sala de masajes, spa y piscina cubierta, servicio de bar gratuito, vistas al Titicaca en todas las
habitaciones, internet y un largo etcétera de atractivos dan carácter al hotel Titilaka, aseguran la mejor de las estancias y justifican su inclusión en la selecta lista de Relais & Chateaux.

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viernes, 7 de febrero de 2014

Longitude 131º


Uluru-Kata Tjuta - Australia

http://www.longitude131.com.au/


Es difícil acercarse a otras culturas y creencias y darles la misma importancia que nosotros les damos a las muestras. Y lo es más todavía cuando se trata de culturas y creencias indígenas que caen muy lejos de los espacios de
sensibilidad a los que estamos acostumbrados.

La Ayers Rock se levanta en mitad de un páramo infinito como una roca colosal. Su tamaño y el entorno entero impresionan. Pero para los maoríes es mucho más que un accidente geográfico de
tamaño singular. Tiene que ver con sus dioses y su importancia es espiritual. Su soledad y el contraste con el paisaje que la rodea son muestras de su esencia sobrenatural.

El hotel Longitude 131 está instalado también en la soledad y trata de no
perturbar el silencio y la tensa armonía que envuelve la Ayers Rock. Está a una distancia que se diría de respeto de la gran piedra. Una distancia desde la que se contempla entera, y como el único punto relevante en el paisaje, la monumental meseta rocosa.
La vista es la misma que debían tener los aborígenes que vivieron en la región desde tiempo inmemorial.

Pero las comodidades son, naturalmente, otras. El hotel se organiza a base de bungalows agrupados en unas pocas líneas, cubiertos por una vela blanca
que les sirve de techo y que abre las habitaciones al aire y los sonidos del entorno. Mobiliario de madera y decoración al gusto británico indican que, fantasías aparte, se trata de un hotel de lujo y recuerdan que los primeros europeos que disfrutaron de este territorio fueron los
clásicos viajeros ingleses.

Bañera en las habitaciones, piscina bajo el sol, cenador bajo las estrellas y un servicio extraordinario atemperan el rigor del clima y del paisaje y permiten a los viajeros de hoy gozar, de forma excepcional, de este lugar lleno de energías y emociones.

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